Hoy en día, con tantísimas opciones a nuestro alcance para hacer crecer un negocio, muchas personas caen en el síndrome del objetivo espectacular.
Un peligroso síndrome que se apodera de la mayoría de emprendedores y que puede provocar hasta la extinción de más de uno.
Me explico.
Es una tentación a la que puede sucumbir cualquiera de nosotros, que provoca que te puedas sentir atraído por cualquier novedad, herramienta o nueva técnica que aparezca de repente en el mercado y…
… Perder el foco y viajar de flor en flor en todo tipo de estrategias cada mes sin conseguir ningún resultado.
Consecuencia de ello, después leo y escucho estos comentarios:
- “Me han dicho que Google Ads no funciona”
- “Me han dicho que en LinkedIn se puede hacer negocio, pero llevo un par de meses publicando y no veo resultados”.
- “Me han dicho que si publico hilos en Twitter voy a conseguir una viralidad increíble y llevo dos y no he conseguido nada”.
De personas que les han dicho que crear contenido o hacer estrategias SEM puede suponer un chorro constante de nuevos clientes potenciales cada día, pero que después por más contenido que publican o más campañas que ponen en marchar no consiguen más que un par de likes, algunos clics y algún que otro comentario.
¿Consecuencia?
Tiran la toalla y pasan a otra nueva «espectacular» estrategia.
Ven que tampoco consiguen nada y vuelven a cambiar.
Y así constantemente.
Echando balones afuera en vez de asumir su responsabilidad.
Porque hoy en día vivimos en la sociedad de la inmediatez.
¿Queremos ver una película?
- Abres Netflix y solucionado.
¿Queremos comprar un libro?
- Abres Amazon y un par de clics lo tienes.
¿Queremos escuchar música?
- Abrimos Spotify y ya tienes tu lista favorita.
El problema es que ni los negocios, ni mucho menos la creación de contenidos funciona así, ni las campañas SEM ni cualquier tipo de estrategia que adoptemos.
Porque las estrategias, las campañas o las redes sociales son como una planta que tienes que regar cada día.
El primer día la riegas y no ves absolutamente ningún cambio.
El segundo, más de lo mismo.
El tercero igual.
Pero quizás a partir del cuarto día empiezas a ver un pequeño brote verde.
A la semana, ese pequeño brote verde empieza a crecer y … Así sucesivamente.
La diferencia es que en este caso, asumes que debes tener paciencia.
Pero en los negocios, el gran problema es que la paciencia es algo que brilla por su ausencia y después vienen los lloros 😂.