Te voy a contar una anécdota que podría ser poco interesante, pero que me va a servir para enseñarte algo que podría ser muy interesante.
El otro día, en un puesto de una feria que ponen aquí, nos acercamos a comprar una barra de pan.
Señalamos una con buena pinta y la dependienta, con muy poco arte y sin más explicaciones, nos la dio y no dijo: “Son 6,75 €”
Y claro, a mí me dio la risa.
No sé con qué frecuencia compras pan, pero que una barra cueste 6,75 € es como si una cerveza cuesta 30 €. O un coche 250 mil.
Resulta que era pan de escanda integral, una variedad de trigo que hay solo por aquí y que está más cotizada que una cita con Ana de Armas.
Luego descubrí que es una semilla que se ha mantenido intacta, miles de años, que tiene menos gluten, más proteínas, más hierro y que es buena para las migrañas.
Vamos, un pan de lujo.
Pero la dependienta lo despachó como si fuera una baguette congelada de supermercado.
A mí me sentó mal.
No por los casi siete euros asquerosos, sino porque de haberme explicado todo eso, de haber mostrado cariño por su producto, yo lo hubiera saboreado más.
El pan terminó a pellizcos, con el currusco para Walter y el resto, tostado. Como un pan más.
Lo peor fue para los propietarios del negocio, porque de haberlo hecho bien, de haber permitido que producto, precio y experiencia estuvieran alineados, habría ganado un cliente.
Me dieron ganas de pasarle algún vídeo de Aprender a Vender.
Reflexiones
Pero voy más allá, y me pregunto: ¿cómo se logra que los productos tengan valor para los clientes?
Por un lado, tenemos que hacer un buen trabajo de comunicación, mostrando el por qué nuestro producto o servicio es único y hacer ver el valor que ofrece el producto a sus usuarios.
Por otro lado, se debe generar una experiencia que lleve a los clientes a disfrutar más de la compra, sin que se sientan engañados o que les cobren de más.
¿Pero cuál es el problema real de una transacción comercial?
El precio del producto o servicio o el Valor que se aprecia.
Claro que siempre puedes ofrecer ofertas especiales, descuentos y promociones atractivas para el cliente.
¿Pero con las ofertas, sube o baja el valor apreciado? Porque del precio lo tenemos claro. Si haces ofertas, descuentos o rebajas, el precio baja.
¿Y si baja el precio tan rápido? ¿Es que antes me estabas intentando cobrar de más si el valor se mantiene?
Tips en el episodio de hoy:
- Comunicar el valor único del producto.
- Generar una experiencia que lleve a los clientes a disfrutar de la compra.
- Cuidado al ofrecer ofertas especiales, descuentos y atractivas promociones para los clientes.
La anécdota de la compra de pan en una feria ilustra la importancia de comunicar el valor único del producto y generar una experiencia de compra que no deje al cliente sintiéndose engañado. Esto se logra a través de una buena comunicación para mostrar el valor único del producto y una experiencia de compra que no deje al cliente sintiéndose engañado.